Actualmente es coordinadora de los cursos de especialización para brasileños y extranjeros en ortopedia funcional de las mandíbulas en la Facultad de Odontología APCD. y en la Universidad Cruzeiro do Sul. Profesor del United Metropolitan College, Asociación Paulista de Cirujanos Dentales y Asociación Brasileña de Odontología. Director Científico de la Revista Internacional de Ortopedia Funcional de la Mandíbula y miembro del consejo editorial de la Revista Brasileña de Oclusión, ATM y Dolor Orofacial y la Revista de Odontología Clínica Pediátrica. Supervisor clínico de la Asociación Brasileña de Odontología.
28 28 denticiones consideradas normales y que parecían revelar un plan preconcebido de la naturaleza para la disposición arquitectónica de los dientes. Angle aceptó y propuso este patrón dental de la naturaleza como guía y ley por la que poder juzgar las anomalías de posición de los dientes; al mismo tiempo culminó una de las aspiraciones de la ortodoncia al proponer un ideal por el que luchar en la corrección de las deformidades dentarias. Este paso gigantesco significó en la historia de la especialidad contar con unos puntos de referencias sobre los que basar la clasificación de mal oclusiones y fijar, a la vez, hacia donde guiar los dientes en la búsqueda de una normoclusión que garantizará el equilibrio funcional del aparato masticatorio una vez suprimidos los aparatos. Así nació lo que hoy aceptamos y conocemos como el principio de la oclusión normal de los dientes y que angle en la séptima edición de su libro, definió como las relaciones normales de los planos inclinados de los dientes, cuando las arcadas dentarias están en intimo contacto (Canut, 1992). Angle observó que el primer molar superior se encuentra bajo el contrafuerte lateral del arco zigomático, denominado por el cresta llave del maxilar superior y consideró que esta relación es biológicamente invariable que hizo de ella la base para su clasificación. No se permitía una posición defectuosa de la dentición superior o del maxilar superior. En 1899 basándose en esa idea, ideó un esquema bastante simple y universalmente aceptado. Este autor introdujo el término Clase para denominar distintas relaciones mesiodistales de los dientes, las arcadas dentarias y los maxilares; que dependían de la posición sagital de los primeros molares permanentes a los que consideró como puntos fijos de referencia en la arquitectura craneofacial. Este autor dividió las maloclusiones en tres grandes grupos clase I, clase II y clase III (Canut, 1992). En 1912 Lisher utiliza la clasificación de Angle pero introduce una nueva terminología y denomina a la clase de angle como neutroclusión (clase I), distoclusión (clase II) y mesioclusión (clase III) (Graber, 1992).
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29 29 A pesar de la existencia de un sin números de autores que han intentado clasificar las maloclusiones, la propuesta de el dr. Angle sigue siendo la mas utilizada, posiblemente por su simplicidad (Graber, 1992). Angle definió la oclusión normal describiendo hasta 275 detalles de la oclusión entre 28 dientes. A el pues le debemos los fundamentos de las relaciones que deben existir entre los dientes al terminar el tratamiento. Angle, como ningún otro autor, cantó las glorias de la oclusión normal o ideal considerando al resto de las estructuras estomatognaticas (huesos, músculos y atm) como sirvientes del engatillamiento cúspides, si la oclusión era buena no importaba, según angle, como estuviesen relacionados los huesos maxilares, la musculatura o la atm al final se adaptarían a la situación dentaria. (Canut, 1992). Más adelante los protesistas adoptaron las ideas de angle para montar las dentaduras completas, pero se vieron obligados a coordinar esa relación oclusiva con la posición y movimientos de los cóndilos. Entró en juego el concepto de de articulación dentaria que la sociedad gnatologica, fundada en 1926, estudió exhaustivamente definiendo la centricidad mandibular, los desplazamientos mandibulares y su relación con las posiciones excéntricas de los dientes en movimientos de lateralidad. Para Angle lo fundamental era la oclusión dentaria y huesos, músculos y atm se adaptaba a la posición y relación oclusiva. Pero la realidad clínica, la experimentación y la investigación evidencian que la oclusión comprende un conjunto de estructuras que deben estar coordinadas e integradas para que el funcionalismo estomatognático y la propia dentición perdure en condiciones hígidas de normalidad (Canut, 1992). Sería prolijo describir las relaciones normales de cada una de las cúspides dentarias con sus antagonistas tal como fue propuesto por Angle. Pero existen unos puntos fijos de referencias para analizar las relaciones oclusales de las dos arcadas dentarias tratando de detectar algún tipo de anomalía (Canut, 1992). 2ff7e9595c
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